Para poder ganar el respeto y admiración de los demás es vital respetarse uno
mismo.

¿Cómo puedes pedir lo que no haces contigo?

El autorrespeto está ligado
también a la autoestima. Cuando valoras y cuidas tu persona, es natural generar
respeto. Al ser seres sociables buscamos pertenecer y ser amados. Esta
necesidad de pertenecer, generalmente, hace que las personas busquen la
aprobación del otro, lo que provoca en muchas ocasiones hacer o decir cosas que
uno no quería.

Adicionalmente, cuando la persona tiene una herida de abandono, estará al
pendiente de satisfacer a los demás para que no le dejen. Buscará en primer
lugar el reconocimiento externo y la aprobación. El querer agradar a los demás
genera sumisión, un alto nivel de estrés y desconecta a la persona de sus propias
necesidades. En sus creencias, el agradar a los demás hará que se queden a su
lado, aún si eso implica el ponerse en último lugar. Lo que no le favorece a
generar ese autorrespeto.

Para darte cuenta si te estás respetando o no, pon atención a cómo te tratas, lo
que te dices y lo que permites al otro. Dependiendo de lo que toleras, estás
enseñando a las personas a cómo tratarte. Muchas conductas de “mal trato” se
pueden normalizar en la vida de una persona si ésta fue expuesta a ellas desde la
infancia. Si en casa se permiten burlas, gritos, desvalorización, manipulación,
chantaje emocional, indiferencia, ironía, agresión, etc. estos comportamientos se
viven como algo habitual y es difícil para una persona, expuesta a ellos,
identificarlos como faltas de respeto o maltrato.

Afortunadamente nuestro organismo habla a través de síntomas. Los expertos
dicen que “el cuerpo grita lo que la mente calla”. Observa en tu interior. Escucha
esa voz que es tu propia sabiduría y actúa en consecuencia. Toma unos minutos
para percibirte y después decide. Evita reaccionar. Tal vez al principio te cueste trabajo hacerlo. Ya verás que, con la práctica, cada vez será más fácil. Y después
lo harás sin pensarlo. De tal manera que cuando quieras decir no, puedas hacerlo
fácilmente y no termines diciendo sí, por agradar al otro.

La auto observación te permitirá actuar más asertivamente. Cultivar el
autorrespeto implica establecer límites y expresar tu sentir. Hazlo también con
respeto. Di lo que te molesta cuando te moleste, y no cuando te harte. Así podrás
decirlo con tus mejores palabras, y no con tus mejores ofensas. Si piensas que
cuando pones un límite es para que ambas partes crezcan, optarás por hablar en
lugar de dejar que el tiempo “sane” las desavenencias.

Recuerda que cuando al otro le dices que no, a ti te estás diciendo que sí. Podrás
tener tiempo para ti y tu familia, para hacer lo que te gusta. Al final, todo sacrificio
genera un resentimiento que saldrá en cualquier momento. Practica escuchar a tu
cuerpo antes de tomar alguna decisión importante y recuerda en todo momento
que para poder apoyar a los demás, primero requieres estar bien tú. Cuida tu
descanso, tu higiene y tu alimentación. Esto también es parte de respetarte y
sentirte un ser merecedor.

En este video puedes tener más detalle sobre el
autorrespeto.

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