¿Por qué me habla así? ¿Por qué no me obedece? ¿Qué hice para que no me respete?

Si alguna vez te has hecho cualquiera de estas tres preguntas, probablemente estés cometiendo alguno de estos quince errores:

  1. Pedir disculpas por todo
  2. Ofenderse con facilidad
  3. Actuar de forma hipócrita
  4. Pensar en los beneficios personales en una relación
  5. Permitir que siempre te interrumpan
  6. Decir mentiras o la verdad a medias
  7. Postergar demasiado
  8. Quejarte constantemente
  9. Reaccionar
  10. Proporcionar demasiada información
  11. Lenguaje corporal y tono de voz sin autoridad
  12. Apariencia física descuidada
  13. Lealtad al ausente
  14. No aceptar tus errores
  15. No ser congruente

Pedir disculpas por todo

Al decir “lo siento” muchas veces, podrías estarlo haciendo como una muletilla.  Mide tus palabras y sólo pide perdón cuando lo amerite.  El exceso puede provocar pérdida de credibilidad.

Ofenderse con facilidad

No te tomes las cosas de manera personal y evita el drama.  Utiliza el buen humor y recuerda que todos estamos inmersos en nuestro propio mundo.  La propuesta no es hacer como si no pasara nada, sino ver las cosas desde otra perspectiva más flexible.  Recuerda que el objetivo mayor es construir relaciones de respeto.

Actuar de forma hipócrita

Todos nos comportamos de manera diferente dependiendo el entorno.  Sin embargo, se trata de conservar tu esencia y ser constante en tus actitudes y comentarios.  Si desconoces a tus amigos en determinado entorno, perderás su respeto.

Pensar en los beneficios personales en una relación

Busca pensar en el bien común y no sólo en tu propio interés.  Genera relaciones ganar-ganar.  El egoísmo podría traerte beneficios a corto plazo, pero con el tiempo tu credibilidad y respeto se verán mermados.

Permitir que siempre te interrumpan

Cuando estés compartiendo tu opinión en grupo termina de expresar tus ideas, si te interrumpen más de dos veces hazlo notar al interlocutor de una manera amable.  Podría ser que no lo hizo intencionalmente. Así generas autorrespeto y estableces límites.

Decir mentiras o la verdad a medias

Si te descubren diciendo una verdad a medias, tu palabra quedará en entredicho. Honra tu palabra para ser confiable y respetado.

Postergar

Organízate para que puedas cumplir con tus compromisos y ser fiel a tus promesas.

Quejarte constantemente

El estar ante una persona quejumbrosa no es agradable.  Busca resolver en lugar de sólo lamentarte.

Reaccionar

Piensa antes de actuar.  Respira profundamente y evita reaccionar.  Las personas iracundas engendran temor, más que respeto.

Proporcionar demasiada información

Sé concreto y más con información que no te pertenece.  A nadie le gusta enterarse que han estado hablando de él y menos dando detalles personales.

Lenguaje corporal y tono de voz sin autoridad

El lenguaje corporal es percibido por los sentidos del interlocutor y es más significativo que las palabras.  Una postura erguida y un tono de voz seguro denotan autoridad y confianza.  Esta es una manera de generar respeto a primera vista.

Apariencia física descuidada

Al igual que tu postura recta, la vestimenta y el olor agradables pueden generar respeto fácilmente en tu interlocutor.

Lealtad al ausente

Si los demás se dan cuenta que no hablas mal de los ausentes se sentirán confiados en tu presencia.  Habla de los no presentes como si lo estuvieran.

No aceptar tus errores

Acepta tu responsabilidad y no culpes a los demás.  De manera natural generas respeto y admiración en tus hijos, y ellos seguramente te imitarán.

No ser congruente

Finalmente, todo se resume en predicar con el ejemplo. Hacer lo que predicas en todo momento.  Actuar con integridad, aún cuando nadie te vea.

Aprender sobre el valor del respeto es de vital importancia porque nos permite valorarnos como personas y apreciar al otro.  Se obtiene con el tiempo, a través de un comportamiento congruente y con resultados tangibles.  No podemos exigirlo, y cuando lo queremos imponer, por la falta de congruencia, se pierde.

Una sencilla definición es “trata a los demás como quieras ser tratado”.  Podrías dejarte de preguntar ¿por qué no me respeta? Y comenzar a respetar tú.  Las relaciones se construyen con bases sólidas de amor y respeto.  Comienza cuidando tus palabras y tus modos hacia tus hijos y alumnos.  Dales primero el respeto que deseas obtener de ellos.

Y para más ejemplos, e información detallada sobre el tema, te comparto este video:

Unete a nuestra comunidad